Trata de personas, trabajo forzoso y esclavitud moderna en Venezuela

Trata de personas, trabajo forzoso y esclavitud moderna en Venezuela

Trata de personas, trabajo forzoso y esclavitud moderna en Venezuela

Aproximación al fenómeno y aportes para el análisis de nuevas formas de delito organizado transnacional en Venezuela

La esclavitud, lejos de desaparecer, se ha actualizado y reinventado a través de estructuras de la delincuencia organizada. De acuerdo con estimaciones realizadas por distintas instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Internacional para las migraciones (OIM), hoy en día existen alrededor de 40 millones de personas en situación de esclavitud moderna en el mundo, sometidas a redes delictivas de explotación humana que operan a la sombra de respuestas institucionales eficaces desde los organismos competentes. Adicionalmente, en muchos casos, esta condición suele verse fortalecida por la indiferencia de la sociedad, donde suele existir aún cierto grado de desconocimiento e incomprensión sobre un problema complejo que exige la atención y el compromiso del Estado, la sociedad civil y los sistemas multilaterales de protección internacional.

Las formas análogas de la trata de personas, el trabajo forzoso y la esclavitud moderna no son un fenómeno novedoso en Venezuela, sino más bien una problemática silente. Durante la acogida de inmigrantes a mediados del siglo XX y en los años sucesivos, numerosos ciudadanos asiáticos, africanos, europeos y latinoamericanos arribaron al país, huyendo de conflictos políticos armados internos y/o regionales en búsqueda de oportunidades, lo que originó un escenario de recepción y tránsito de personas algunas veces en situación de ilegalidad, que eventualmente los expuso a estructuras de la delincuencia organizada transnacional.

Sin embargo, esta situación evidenció un cambio drástico en los últimos años, como consecuencia de la progresiva desinstitucionalización y la profunda crisis política, económica y social que experimenta Venezuela, que la llevó a convertirse en un país de migrantes, así como, en su mayoría, de ciudadanos en estado de vulnerabilidad por los elevados niveles de pobreza. Los venezolanos, en un intento de salvaguardarse a sí mismos y a sus familiares, se han expuesto durante su proceso migratorio a distintas redes locales y globales de trata y tráfico de personas, explotación sexual comercial, trabajos forzados, servidumbre por deudas, entre otras graves violaciones de los derechos humanos y libertades fundamentales. En este sentido, según el Índice de Esclavitud Global de la Walk Free Foundation (2016), Venezuela ya califica entre los primeros 20 países a nivel mundial que presenta mayor incidencia de esta problemática.

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