La cara latina de la trata y la explotación en Estados Unidos

La cara latina de la trata y la explotación en Estados Unidos

La cara latina de la trata y la explotación en Estados Unidos

Por años se ha escuchado hablar sobre el “Sueño Americano”. Frecuentemente este término motiva a migrantes de todas partes del mundo que llegan a Estados Unidos a trabajar y esforzarse para reconstruir sus vidas y sacar a sus familias adelante. La promesa de una “vida mejor” impulsa y atrae especialmente a todos aquellos que en sus propios países no tienen las condiciones para salir de la pobreza o que se ven obligados a huir por la violencia. En esa constante búsqueda de una vida mejor, muchas personas aceptan trabajos en condiciones infrahumanas, con sueldos bajos, propensas a los abusos y susceptibles a malos tratos por parte de los empleadores.

En 2017, Polaris publicó The Typology of Modern Slavery (Tipología de la esclavitud moderna), un estudio sobre las distintas modalidades en las que se representa la trata de personas en Estados Unidos. El objetivo de este documento es servir de guía, una especie de mapa que ayude a entender cómo funciona la trata, en qué industrias o sectores y de qué manera opera en todo el país.

En aquel entonces, Polaris analizó más de 32,000 casos recabados entre diciembre de 2007 y diciembre de 2016. Con base en las llamadas recibidas por la Línea Nacional contra la Trata de Personas (la cual opera Polaris desde 2007), se identificó 25 tipos de trata. Cada uno de estos tipos tiene sus particularidades, su propia manera de operar, sus modelos de funcionamiento, así como específicas formas de reclutar y someter a las víctimas.

Si bien la trata es un crimen que no discrimina raza, género ni condición social, con base en la información analizada, se observó una considerable cantidad de individuos nacidos y reclutados fuera de las fronteras estadounidenses. Uno de los datos más llamativos es que, del total de víctimas de América Latina y El Caribe, el 77 por ciento fue víctima de trata exclusivamente en situaciones laborales. Muchas posibles víctimas tenían estatus migratorio y permiso de trabajo en Estados Unidos.

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