¿Quién va a rescatar a las trabajadoras(es) que fabrican nuestra ropa?
Las repercusiones económicas de la pandemia del coronavirus son de una escala colosal y tienen alcance global. Los países ricos están preparados a gastar miles de millones de dólares para sustentar los ingresos de sus trabajadoras(es) y rescatar a sus corporaciones. Una pregunta vital sigue sin tener respuesta: ¿quién va a rescatar a las trabajadoras(es) que trabajan en la cadena global de suministro de muchas de esas corporaciones? Estas trabajadoras(es), como las que fabrican la ropa y los zapatos que usamos, están entre las más impactadas por los catastróficos efectos económicos del Covid-19.
La cantidad de personas que serán afectadas – al ser las trabajadoras(es) de las cadenas de suministro despedidas en masa, con poco o nada de compensación – es enorme. Hay más de 150 millones de trabajadoras(es) en países más pobres que producen mercancías para exportación a América del Norte, Europa y Japón, y decenas de millones más en trabajos de servicios ligados a las corporaciones de los países más ricos.
En indumentaria, textiles y calzado – un sector donde las trabajadoras(es) van a ser especialmente afectadas – hay 50 millones de trabajadoras(es), la mayoría mujeres que son la fuente de ingreso principal de sus familias. Muy pocas de estas trabajadoras(es) han recibido alguna vez un pago suficiente para poder ahorrar algo. De hecho, los salarios crónicamente bajos han hecho que muchas estén endeudadas. Este trabajo se enfoca en el sector de la indumentaria, el cual estará entre los más severamente afectados por la crisis del Covid- 19; sin embargo, sustancialmente, lo que se afirma aquí se puede generalizar a todos los sectores.
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El Consorcio de los Derechos del Trabajador (en inglés The Worker Rights Consortium, o “WRC”) es una organización independiente que monitorea el cumplimiento de los derechos laborales y hace investigaciones sobre las condiciones laborales en diferentes fábricas en todas partes del mundo. El propósito de nuestro trabajo es combatir el problema de las maquilas abusivas y proteger los derechos de las trabajadoras y los trabajadores que confeccionan prendas y hacen otros productos para distribución en los Estados Unidos.