Enfoque de la trata de personas basado en los derechos humanos
La trata de personas es una violación de los derechos humanos. Las prácticas asociadas con la trata, como la esclavitud, el trabajo forzado, la explotación sexual y el matrimonio forzado, violan los derechos básicos de los seres humanos. Las víctimas de la trata con frecuencia sufren daños graves, que incluyen:
- Lesiones físicas.
- Trastorno por estrés postraumático, depresión y otros trastornos mentales o emocionales.
- Enfermedades de transmisión sexual como el VIH/SIDA.
- Abuso de sustancias y adicción.
- Daño relacional, incluida la ruptura de relaciones con padres, cónyuges e hijos.
- Vergüenza, estigmatización y rechazo de su familia y comunidad.
Estos tipos de daño pueden tener consecuencias físicas y psicológicas a largo plazo para las personas que son sometidas a ellos, tanto durante el proceso de trata como después de que termina la explotación. Los sobrevivientes de la trata, que a menudo son personas particularmente vulnerables a los abusos de los derechos humanos (como los niños, las mujeres, los migrantes y las personas con discapacidad) requieren protección, asistencia y apoyo, que pueden ser necesarios durante largos períodos de tiempo. Los Estados deben proporcionar programas de apoyo a las víctimas, que las ayuden a reconstruir sus vidas y a reintegrarse en sus comunidades. Este módulo establece las obligaciones de protección de los Estados hacia las víctimas de la trata.
Fundamentalmente, la protección de las víctimas de trata requiere un enfoque basado en los derechos humanos. Dicho enfoque requiere la comprensión de cómo se pueden violar los derechos de las víctimas durante el proceso de trata, junto con las obligaciones de los Estados en virtud del derecho internacional.
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