Erradicar el trabajo forzoso: Lo que funciona en la práctica
Resumen ejecutivo
¿Cómo se puede erradicar el trabajo forzoso a nivel mundial? ¿Qué enfoques son los más eficaces para avanzar hacia este objetivo y pueden además reproducirse en distintos contextos nacionales? Hay muchas ideas sobre lo que puede funcionar en teoría, pero, a pesar de décadas de reconocimiento del trabajo forzoso como un problema mundial, existen aún pocos datos sobre lo que ha funcionado realmente en la práctica. Gran parte de los conocimientos sobre lo que funciona está en manos de una serie de partes interesadas que se ocupan de estas cuestiones sobre el terreno.
Este estudio concluye que para la erradicación mundial del trabajo forzoso se requiere de un enfoque que abarque a toda la sociedad. Y, para ello, hay un amplio abanico de actores que deben participar, entre ellos los Gobiernos, las empresas, los reclutadores de mano de obra, las organizaciones empresariales y de empleadores, las organizaciones de trabajadores, las organizaciones comunitarias de migrantes, las organizaciones internacionales, incluidos la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los organismos de las Naciones Unidas, las organizaciones de la sociedad civil, los expertos técnicos, las plataformas e iniciativas de múltiples partes interesadas, las organizaciones confesionales y los medios de comunicación. Aunque la colaboración entre estos grupos de partes interesadas es fundamental, este estudio se centra en los enfoques clave a nivel gubernamental y empresarial como un primer paso.
¿Qué factores contextuales afectan a las iniciativas?
El contexto en el que operan los Gobiernos y las empresas afecta de diversas maneras los esfuerzos para erradicar el trabajo forzoso. En primer lugar, los factores contextuales estructurales, como la pobreza generalizada y la falta de opciones de subsistencia, actúan como causas de fondo del trabajo forzoso. Además, los factores contextuales próximos, como una legislación ineficaz y una débil aplicación de las leyes laborales, actúan como barreras que impiden que las iniciativas sean eficaces y reproducibles a mayor escala.
La comunidad empresarial es diversa, compuesta por empresas multinacionales y pequeñas y medianas empresas con distintos niveles de capacidad y recursos dedicados a prácticas de diligencia debida. El estudio ha identificado una serie de iniciativas que las empresas de diferentes tamaños y capacidades pueden aplicar de las siguientes formas:
• Dentro de sus propias operaciones.
• Dentro de sus cadenas de suministro, a través de la diligencia debida a sus proveedores. Por ejemplo, la cadena de suministro de una empresa manufacturera incluiría a cualquier proveedor de servicios (incluidos los servicios de contratación) o de materias primas.
Haga clic aquí para leer el informe.